El abogado antes era el Rey

Me acuerdo que a finales de los años 90 cuando empecé a trabajar como becario en un despacho de abogados (sin cobrar). Había una tarde a la semana en que la sala de espera estaba llena de clientes. Durante 4 horas los socios del despacho y los abogados senior les atendían como aquel que va al médico de cabecera para que le diagnostiquen algún tratamiento para curar alguna dolencia.

Era habitual en la despedida en la puerta del despacho, oír el comentario del abogado de “me miro el tema, la documentación y vuelva usted el martes de la semana que viene y le diré el qué“. Todo era presencial. El abogado era el “rey”

El teléfono y el fax con papel térmico era la conexión con el mundo exterior y sólo el más “friki” disponía de su PC Pentium II con un módem externo de 56K. Empezaban a funcionar los móviles y la App más avanzada que disponían era el juego de la serpiente del Nokia 5110. La única red social que existía era el bar de la esquina. Tener una página web únicamente estaba al alcance de los grandes despachos de abogados.

El Rey destronado

Hoy en España hay 19,1 millones de internautas conectados a un smartphone, tablet, smartwatch, portátil, smartv.. . Gran parte de estos internautas (unos 15 millones) están conectados entre ellos a través de las redes sociales de lo más variopintas: Facebook, Twitter, Youtube, Instagram, Linkedin, Pinterest, Tinder, Snaptchat o el propio Whatsapp. Y están conectados a ellas unas 3 horas diarias (Fuente Iab Spain)

Nuestros hábitos cotidianos han cambiado: lo buscamos todo en internet incluso la información legal. El abogado ha perdido el monopolio del conocimiento jurídico. Ahora el cliente es el nuevo rey.

Adaptarse o morir

A este cliente 2.0. super informado, como abogado, ya no le puedo hacer perder el tiempo con reiteradas visitas al despacho para que me explique su problema, estudiarlo después y convocarlo a una reunión a la semana siguiente para informarle de lo que va su tema y proponer el pago de unos honorarios. Como abogado debo atenderlo de una forma ágil, rápida y eficaz huyendo en la medida de lo posible al postureo.

  • Utilizando un lenguaje coloquial para que me pueda entender
  • Informando más de servicios concretos y útiles que podemos ofrecer al cliente
  • Hablando menos de lo buenos que somos como abogados
  • Huyendo del estereotipo de Abogado-Superman que eres bueno en todo. No cuela.
  • Disponiendo de todos los canales posibles para atender al cliente y facilitarle el medio que le vaya más cómodo para contactar con el despacho. ( chat, intranets para descarga de documentos, redes sociales, consultas online por Skype o Hangout.
  • Creando landing pages para servicios concretos
  • Generando automatismos para la recopilación de informacióny documentación para “comodities” (asuntos de poca relevancia jurídica).
  • Informando en todo momento del precio que le va a costar el asunto
  • Notificando al cliente del estado en que se encuentra su expediente

Tú decides

Podemos hablar de trasformación digital del mundo jurídico porque queda más guai para un artículo, pero lo que en realidad se trata es de una cosa tan simple como la de adaptarse como abogado a las necesidades y peticiones del cliente como hace cualquier empresa de cualquier sector económico. Ofrecer los servicios de abogado a los 15 millones de usuarios conectados a internet a los que les importa más conocer si le puedo ofrecer una solución legal y su precio creo que es una buena oportunidad de crecimiento para el despacho profesional. Hay quiénes lo están llevando a cabo ya con cierto éxito.

Si no lo crees así, siempre le queda a uno hablar de sí mismo y esperar que el boca/oreja de tus clientes te ayude a incrementar la facturación de tu despacho. Como abogado tú decides, pero que sepas que ya no eres el Rey.

Eduard Banqué,  abogadolegal.online