Nota: Publicamos este artículo de forma completamente excepcional, porque esta vez vamos a hablar de una experiencia en primera persona.

Nosotros, como tantos particulares y empresas pequeñas, que dependemos de grandes empresas como los bancos o las compañías de telecomunicaciones, y que tenemos que medir al dedillo nuestros gastos, hemos sido víctimas de la prepotencia y abuso de posición por parte de una compañía telefónica, en este caso Orange.

Queremos comprometernos con todos los que se sientan identificados, que en este caso vamos a llegar hasta donde haga falta para que se haga justicia.
Porque tenemos derechos y estos deben primar por pequeños que seamos.

La historia de lo ocurrido es un sinsentido y puede ser demasiado extensa, así que no vamos a entrar en detalle. Queremos remarcar que todo comenzó con una simpatiquísima y (aparentemente) solvente gestora comercial, que, aprovechando que cambiábamos y ampliábamos nuestra sede, nos prometió maravillas para nuestro negocio. Dice sí a todas nuestras peticiones. Todo se ajusta perfectamente a nuestras necesidades. Tan maravillados quedamos con sus promesas que le confiamos las líneas fijas, las líneas móviles y dos conexiones de fibra óptica. En definitiva, todas las comunicaciones de nuestro bufete, de las que depende una buena parte de nuestro sustento.

Pero, como toda historia de terror, tras este idílico principio comenzó nuestra pesadilla: doce meses de promesas incumplidas, pésima gestión, cortes de suministro, largas por parte de la compañía, nuevos comerciales que nos querían vender más productos, y que para colocarnos productos llegaron a falsificar nuestra firma. Doce meses que culminaron con un error final que nos tuvo más de ocho días sin conexión alguna, y sin poder trabajar en el despacho, con la correspondiente pérdida de imagen, incumplimientos con los clientes, enfados y disgustos. Llamamos y llamamos y hablamos con múltiples departamentos, y nadie pudo ni quiso hacer nada. Incluso un gestor de cuentas de empresa de la compañía nos llegó a decir que lo mejor era que nos cambiáramos porque Orange no tenía los medios para solventar rápidamente el problema que ellos mismos nos habían provocado.

Llegó a tal punto que enviamos a la compañía dos reclamaciones formales, comunicando que no teníamos más remedio que solicitar a otra compañía que nos restableciera los servicios, y así lo hicimos. Ante el evidente, documentado y más que flagrante incumplimiento por parte de Orange, nos cambiamos a otra compañía, la cual en pocas horas nos restableció el servicio y todo volvió a la normalidad. En nuestras reclamaciones documentamos todos los servicios que no habíamos disfrutado y que nos estaban cobrando, así como los daños sufridos, y exigimos que nos los abonaran.

No sólo no se han dignado a responder, sino que, a pesar de haber falsificado firmas e incumplido sistemáticamente sus obligaciones, han comenzado a reclamarnos penalizaciones, amenazando con darnos de alta en ficheros de morosos, ignorando sistemáticamente lo que nosotros reclamamos. Tres meses después de enviar una reclamación (disponemos del comprobante de entrega) nos dicen que no les consta, que la volvamos a enviar. Y nos dicen que seguirán reclamando sin cesar hasta que paguemos. Que aunque no sea justo, es lo que hay.

En definitiva, un pisoteo en toda regla de los derechos que los consumidores, personas o empresas, tenemos y hemos de defender.

Un detalle final: en pleno conflicto, comerciales de la compañía nos han llamado dos veces para vendernos producto. Viva la buena gestión.

A pesar de las amenazas, y por este motivo publicamos este artículo, es porque no nos vamos a rendir de ninguna manera. Si tenemos que llegar a juicio llegaremos, somos abogados, y sabemos muy bien lo que tenemos que hacer. Y reclamaremos todos y cada uno de los daños que nos han provocado.

Nos comprometemos con todos aquellos que compartan o hayan sufrido situaciones similares y se hayan sentido impotentes ante tal abuso de posición.

Seguiremos informando.

Xavi Saula

Xavi Saula
Área procesal civil y mercantil
Concursal
Nuevas tecnologias
Gestión de impagos y morosidad